Mantenimiento eléctrico preventivo: ¿Porqué es importante?
El mantenimiento eléctrico preventivo es una de las claves para garantizar que las instalaciones eléctricas funcionen de manera segura y eficiente.
Evitar las revisiones periódicas puede derivar en fallos eléctricos graves, con consecuencias que van desde la interrupción del servicio hasta incendios o accidentes por descargas eléctricas.
En Argentina, el cumplimiento de la Ley de Seguridad Eléctrica y las normativas de mantenimiento preventivo sigue siendo una asignatura pendiente para muchas instalaciones.
Según estadísticas de entidades de seguridad eléctrica, más del 30% de los incendios de origen eléctrico y un gran porcentaje de accidentes laborales están relacionados con sistemas eléctricos en mal estado o falta de mantenimiento preventivo.
Entre las causas más comunes están los cables desgastados, las conexiones flojas y la sobrecarga de circuitos, que aumentan significativamente el riesgo de cortocircuitos y descargas eléctricas.
Por ejemplo, un caso común en instalaciones residenciales es el uso de extensiones y múltiples enchufes en una misma línea, lo que suele sobrecargar el circuito y provocar fallos en los disyuntores o incluso incendios en casos extremos.
En entornos industriales, la falta de revisiones periódicas en tableros y el desgaste en conductores principales son riesgos comunes que, si no se detectan a tiempo, pueden derivar en costosas paradas de producción, daños materiales y accidentes laborales graves.
¿Por qué es fundamental el mantenimiento preventivo?
1 - Prevención de accidentes: Un sistema eléctrico en mal estado es un peligro latente. Cables desgastados, conexiones sueltas o equipos sobrecargados pueden generar cortocircuitos y, en el peor de los casos, provocar incendios. Inspeccionar regularmente las instalaciones permite detectar estos problemas antes de que representen un riesgo para las personas y los bienes.
2 - Ahorro de dinero a largo plazo: Muchos piensan que hacer un mantenimiento regular es un gasto innecesario, pero lo cierto es que es una inversión. Detectar un problema a tiempo es mucho más económico que esperar a que ocurra una falla grande que implique reparaciones costosas, paradas de producción imprevistas o la sustitución de equipos dañados.
3 -Optimización del consumo eléctrico: Un sistema en buen estado no solo es más seguro, sino también más eficiente. Cuando los cables y los equipos están correctamente mantenidos, se reduce el riesgo de pérdidas de energía. Esto se traduce en facturas más bajas, ya que se evita el consumo innecesario.
4 - Cumplimiento de normativas: Las instalaciones eléctricas deben cumplir con normativas que garantizan la seguridad de las mismas. Realizar inspecciones periódicas asegura que se esté cumpliendo con las regulaciones vigentes, evitando posibles multas o sanciones.
¿Cuándo y cómo realizar el mantenimiento preventivo?
● Inspecciones periódicas: Se recomienda hacer al menos una revisión general cada 6 a 12 meses, dependiendo del uso de la instalación y del tipo de entorno (industrial, comercial o residencial). Lugares con mayor demanda energética, como fábricas o grandes edificios, requieren inspecciones más frecuentes.
● Chequeo de tableros eléctricos: Los tableros eléctricos son el corazón de cualquier instalación, por lo que su revisión es crucial. Se deben verificar las conexiones, el estado de los interruptores, y comprobar que no haya signos de sobrecalentamiento o desgaste.
● Verificación de cables y conductores: El desgaste de los cables es uno de los problemas más comunes. Inspeccionar que no haya cables pelados, sueltos o deteriorados es esencial para evitar accidentes.
● Mantenimiento de equipos y dispositivos: Aparatos como generadores, transformadores y motores eléctricos también requieren mantenimiento. Limpiarlos adecuadamente y verificar su funcionamiento evitará que se sobrecalienten o fallen durante su uso.
Consejos prácticos para mantener tu instalación segura
1 - Contratá a un profesional: No todas las fallas eléctricas son evidentes a simple vista. Es crucial que el mantenimiento lo realice un electricista matriculado, ya que tendrá el conocimiento y las herramientas necesarias para detectar posibles problemas. Un profesional puede anticiparse a problemas ocultos y dar recomendaciones adecuadas para cada tipo de instalación.
2 - Evitá la sobrecarga: Uno de los motivos más comunes de fallas eléctricas es la sobrecarga de los circuitos. Es fundamental no conectar demasiados equipos a un mismo enchufe o línea. Si notás que saltan los disyuntores con frecuencia, es una señal de alerta. Este problema, que pudiera parecer menor, es una alerta de que algo no está funcionando bien y debe ser revisado a tiempo.
3 - Revisá los interruptores diferenciales: Los disyuntores o interruptores diferenciales son los dispositivos encargados de cortar la corriente ante una fuga de electricidad. Es recomendable probar su funcionamiento mensualmente presionando el botón de prueba para verificar que estén en buen estado.
4 - No pospongas las pequeñas reparaciones: Muchas veces ignoramos pequeñas señales de alerta, como un enchufe que no funciona bien o luces que parpadean. Estos detalles pueden ser indicativos de un problema mayor que, si no se soluciona a tiempo, puede terminar siendo un inconveniente costoso y peligroso.
En conclusión, el mantenimiento eléctrico preventivo es una inversión que garantiza la seguridad, prolonga la vida útil de los equipos y optimiza el consumo de energía. Al realizar inspecciones regulares y solucionar problemas a tiempo, se evita la necesidad de costosas reparaciones. No esperes a que ocurra un problema: la prevención es la clave para una instalación segura y eficiente.¡Programá manteniminentos periódicos con un profesional!